¿Falta de inspiración?
- Lydia María López Barraza
- 22 jul 2017
- 2 Min. de lectura
Justo quieres empezar a escribir y la mente se pone en blanco. Lo peor de la sensación es cuando tienes que entregar un documento en las próximas horas o días. Viene el pánico mental, emocional y físico. Quizás te pasa que caminas por tu casa o la oficina buscando ayuda celestial, pero no aparece.
No hay formula mágica o única para poder activar el cerebro en un segundo provocando que las palabras salgan a borbotones, pero se puede intentar algunas de las siguiente acciones:
Empezar a escribir aunque nada tenga sentido ayuda a saber que estás intentando avanzar y, eso puede generar que alguna de las frases plasmadas sea la fuente de inspiración encadenando una idea con otra.
Salir a caminar y contemplar para despejar la mente.
Tomar café, pensar entre sorbos, ordenar ideas con calma.
Hablar con un compañero o compañera de trabajo para recibir retroalimentación de las ideas iniciales. O hablar con un amigo o amiga de otros temas para comentarle tu frustración y desahogarte, así volver a sentarte frente a la computadora para intentarlo.
Hay personas que les funciona observar a través de una ventana a la nada y al todo.
Poner música, cantar o bailar.
Leer algo que no tenga ninguna relación con lo que tienes que hacer.
Navegar por internet y las redes sociales, aunque eso puede quitar más tiempo del programado.
Dormir una siesta, si la mente está muy cansada de pensar.
Retomar al día siguiente donde te quedaste, dando tiempo a disminuir la saturación mental.
El punto es no siempre ayuda quedarse frente a la computadora, en ocasiones genera más frustración y agonía. Es importante e incluso necesario encontrar el método o métodos para continuar o iniciar el texto. Porque lamentablemente siempre estamos contra reloj.
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